“Iabo utdedra libelabel Ulden nat oikomenikat Elo, un nat nira bo drameg Gunden u antromorfikat Gemen”

Da lef Ianda bo Darg. Ursula K Le guin

septiembre 20, 2009

La humanidad en Metón

Una de las llamativas particularidades del planeta es que no se conocen especies homínidas aparte del hombre.
Algunos estudios post-descubrimiento suponen que la especie humana puede haber sido “sembrada” en Metón por alguna cultura superior. La Teoría de la Siembra[1] propone que en la Tierra, la raza homínida evolucionó en muchas ramas y que sólo una progresó hacia la razón, en tanto que en Metón, las inferiores se extinguieron quedando la humana como dominante.
La misma teoría supone que la humanidad ha sido sembrada en otros mundos y que pudo ser un experimento no controlado o que el control se vio distraído por otras preocupaciones de los “sembradores”.
A su vez, las diferencias entre la Tierra y Metón se manifiestan a partir de la múltiple cantidad de comunidades humanas que poblaban el planeta en forma más o menos extendida y que partían de un origen común, a diferencia de Metón, que desde un grupo original surgido en las llanuras del Moderán, se inició una difusión de los humanos en un mundo vacío de otros congéneres. Este factor podría corroborar la idea de que en el planeta, el experimento sembró un único grupo de individuos que se mantuvo unido hasta que inició su diáspora por el mundo.
Si esta hipótesis es cierta y toda la población desciende de un mismo grupo original que llegó al estadio de sedentarismo todavía unido y luego fue forzado a la diáspora, resulta claro que la cultura metona llegara a la conciencia global mucho antes que la cultura terrestre.[2]
Esta característica tan especial de especie solitaria, sin variantes étnicas a la manera terrestre, plantea distintas relaciones entre las variadas corrientes colonizadoras que se produjeron luego de las grandes inundaciones del período formativo. [3]
Según la Teoría de la Siembra, los "sembradores" dejaron al primer y único grupo homínido junto a las riberas del Moderán, observaron su comportamiento y evolución durante un tiempo y luego dejaron al grupo a su libre destino.
Los procesos de siembra coinciden en todos los planetas humanos en 2 o 3 millones de años antes de la escritura.
Todos lo grupos humanos registrados tienen ADN compatible que revela un origen común aunque remoto.
En la Tierra y en Hain se sembraron varios grupos humanos y se verifica diversidad étnica dentro de la misma especie.


[1] ROMEIRO Percy. O processo civilizatório no Metón. Editôra Carioca. Sao Paulo.2160
[2] Ver SÍNTESIS HISTÓRICA CRONOLÓGICA .
[3] ROMEIRO Percy. O processo civilizatório no Metón. Editôra Carioca. Sao Paulo.2160











septiembre 19, 2009

Poblamiento de Metón

La diáspora que se iniciara allá por el - 2000, luego del Gran Diluvio, terminó su ciclo repartiendo la población humana por todos los rincones de Zelidar en forma pareja. Inicialmente, a partir de la llanura central del Moderán y luego en un contacto estrecho con la costa marítima, cerrando el en círculo en ambas direcciones.
Las poblaciones formaron un tejido de pequeños núcleos urbanos (“elda” de 200 a 300 habitantes), que eran encomiendas mandadas por las Drimas, con colonos voluntarios que buscaban nuevos territorios fuera de la ciudades consolidadas, para emprender explotaciones por cuenta propia.
La dispersión de los grupos humanos, estos en relaciones familiares, tribales o gremiales, tenia pautas claras de ubicación, vinculación y distancias con las poblaciones existentes.
El número de habitantes a que llegaba una población que se transformaba en ciudad era y fue hasta los tiempos contemporáneos de un promedio de 500.000 hab., siendo de 700.000 hab. la población de una ciudad grande y terminal. Se pueden comprobar muy pocos ejemplos en el planeta, como lo fueron Exegis, Edú, Légedan, Emenú y otras; que por ser capitales de las Drimas Continentales o de la fluctuante Drima Universal se sobrepoblaron en forma excepcional.
El resto de asentamientos se mantuvo siempre en los márgenes rurales, donde el terreno libre rodeaba a las construcciones habitadas, el casco urbano no tenia más de 1 km cuadrado de superficie, alrededor del cual las construcciones se raleaban en una transición gradual con el campo, para terminar disgregándose junto a pequeños caminos secundarios.
El caserío fundacional, aquel que prosperó junto al río madre de la civilización a partir de un patio común donde se procesaban los alimentos obtenidos de la caza y de la tierra; evolucionó en una plaza organizada a partir de una cuadricula, que resultaba la más sabia y racional de las maneras de apropiarse del territorio vacío.
Zelidar se cubrió de una red urbana generada a partir de núcleos total o parcialmente autosuficientes, que configuraron hasta la fecha que precisa este período, una entidad regional cerrada sin cambios gruesos a través de la historia. Este límite de la civilización creó las condiciones para la búsqueda de otras tierras más allá del mar.
Las exploraciones aventureras y desorganizadas con resultados nulos o desconocidos, se organizaron luego del perfeccionamiento de la navegación con la vela triangular; la búsqueda obsesiva de otras tierras y de otros hombres fue el motor filosófico de la movilización.


El surgimiento de las ciudades metonas.


La colonización del territorio, a partir de sucesivas avanzadas sobre un continente vacío de pobladores ha sido la pauta maestra que contribuyó a definir las ciudades metonas. Según este principio, cada ciudad nueva se fundaba a partir de otra que era su inmediata antecesora y fuente directa de insumos e influencia.
Por otra parte, la fundación a partir de un prototipo madre, habría producido sutiles cambios acumulativos; algo así como un efecto "copia de copia"; que habría perpetuado patrones pero no soluciones específicas para cada caso.
La mayoría de las cartas fundacionales de las ciudades eran compendios de normas para el trazado y distribución de barrios y edificios principales; se escribían en el mismo plano fundacional y eran fruto de muchos años previos de estudios, en que los grupos de avanzada que llegaban al lugar, observaban el terreno, verificando los cambios de clima, el suelo y los accidentes geográficos, terminando por conocer a la perfección cualquier detalle del posible sitio de fundación de la ciudad.
Desde el origen protohistórico estos estudios se hicieron en forma prolija y concienzuda, abarcando desde las razones concretas y comprobables, hasta las místicas y religiosas.
La Carta Fundacional fue un documento tan serio como las Cartas magnas de los países modernos de la Tierra. Era un documento de hermosa diagramación y abundante colorido. Su consulta era permanente y su custodia estaba a cargo de la Drima Urbana. No tenía carácter permanente y contrariamente crecía y se enmendaba con la evolución de la ciudad. Sus ordenanzas conformaban las leyes matrices para el resto de la legislación de convivencia.
En ella se asentaba el espíritu de gestación de la ciudad con sus proyecciones y anhelos, combinando urbanismo y modelos existenciales colectivos, como nunca se había observado en el universo conocido.
El tamaño final de la ciudad, desconocido y despreciado en las fundaciones terrestres, constaba en la carta como un dato a considerar. La responsabilidad de la nueva urbe, de extender la colonización, fundando otras poblaciones, también quedaba explícita en la Carta y era una ley ineludible cuando se trataba de un mundo vacío de pobladores.
El resultado formal, el perfil, los edificios, las calles, plazas y solares quedaba en manos de los arquitectos y agrimensores que manejaban el cúmulo de normas de la Carta, derivadas de la experiencia de aquella primera avanzada o "Elda".
La “elda”, esa población precaria, donde se albergaban los Pioneros de Fundación, era casi siempre un conjunto de tiendas y carros que se levantaban en el primer lugar de interés para la comitiva, se agrupaban alrededor de un circulo amplio y se constituían en Drima para iniciar los trabajos y estudios.
El centro del círculo era ocupado por una hoguera que ardía durante la noche y alrededor se ubicaban los pioneros, sus animales, armas e instrumentos según se necesitara.
Eran necesarios varios años antes de llamar a las primeras partidas de voluntarios para la población definitiva.


La ciudad de Erindar.


Esta hermosa ciudad, llamada Kerul en su fundación, existió desde los primeros años luego de la dispersión producida por el diluvio. Estaba situada a orillas del río Kerulén, exactamente sobre la línea del ecuador y a unos 1000 km del mar, río arriba.
Los fundadores habían elegido una estratégica curva del cauce, ni bien este se encontraba con el llano, luego de salir de entre los valles y allí habían trazado la ciudad como un damero prolijo salpicado de verdes arboledas. Su enclave respondía a la última avanzada frente a los montes desconocidos y poco a poco a lo largo de la historia, la ciudad y sus poblados cercanos fueron tomando fuerza como una región con autonomía propia.
El destino quiso que su situación; en el gigantesco arco que la cordillera de Bantisia hace hacia el norte para formar la península Enisôr; la transformara en paso obligado tanto para bordear la cadena como para atravesarla. Las pujas políticas entre los representantes de la Drima Regional y la Drima Urbana, definieron su capitalización hacia el año -915.
La ciudad mientras tanto reformó sus edificios institucionales, amplió sus límites y se preparó para ser durante varios años la capital de la "Región de Kerulén y cordillera de Bantisia".
Tuvo a su cargo toda la conquista y población al oeste de la cordillera, la península Enisôr y los territorios hasta el río Klen. El asentamiento límite sobre este río, la ciudad de Sepia, fue la hegemonizadora de las otras poblaciones menores, se configuró como capital de "Región menor", por fin formó Drima hacia el año -820 y signó su desarrollo como capital regional autónoma.
Las independencias adquiridas sucesivamente, en la medida que los territorios se ocupaban, traía aparejada una permanente migración de habitantes de las ciudades más viejas, especialmente beneficiados al decidir poblar los nuevos territorios.





septiembre 18, 2009

La drima

Su origen legendario que se sitúa luego de la "Segunda reunificación", está relacionado también con otros acontecimientos históricos comprobados. Parecen no haber sido pocos los problemas para lograr la reunificación y sin duda ésta se logró gracias a la fuerza que tomó la Drima original, a medida que los jefes de las tribus consiguieron acordar entre sí.
A partir de esta situación, la evolución de la cultura metona llevó consigo la fuerte presencia de las asambleas de representantes, elegidos por los comunes para defender sus intereses, organizando la vida y la política a partir de esta forma de resolución de conflictos. La sucesivas variantes del modelo de asamblea se dieron a medida que la humanidad metona creció en numero y en complejidad.
Existieron así, hasta el final de los tiempos, grados de poderes en las distintas drimas que abarcaban el espacio político de cada poblado y aún de cualquier organización o grupo de personas dentro de la misma ciudad.
Una Drima Comunal sesionaba para resolver los conflictos de una “elda” pequeña.
La Drima Urbana conducía los destinos de toda una ciudad, en tanto que la Drima Regional contemplaba a la suma de poblaciones que compartían un territorio más vasto.
Por fin existía la Drima Continental, con sesiones ocasionales o de emergencia cuando todo un continente intervenía en algún asunto y por último la Gran Drima Universal que debió debatir, entre otros problemas, la tremenda decisión de abandonar el planeta.
Este último ente fue más simbólico que real, pero fue sin duda el supremo referente para situaciones que no podían resolver las Drimas Continentales. Su único período de disolución, fue a partir del año 3507 cuando debido a la Edad Fría, dejó de sesionar y dejó libre albedrío a las tres Drimas Continentales independientes.

En otros niveles, como se dijo, las asambleas agrupaban a los representantes de algún grupo social, a los trabajadores de algún gremio, a los campesinos y sus sembrados o a simples ciudadanos ante la Drima Urbana. El Regente o representante nombrado como presidente de la asamblea era quien exponía las resoluciones y ordenaba las sesiones. Era en sí el ejecutor de las decisiones y su permanencia como regente debía ser ratificada o suprimida por sus iguales.
Cuando las drimas crecían en número, los regentes pasaban a ser tres, luego cinco, pero nunca más de siete. El número impar garantizaba siempre una definición sin empates.
En algunos aspectos la drima era el equivalente de los soviets de la Rusia Socialista de la Tierra.

Bocetos de la drima de Edú.
Extraidos de los cuadernos de viaje de Furnessi y de los apuntes redactados sobre los bosquejos y relevamientos que hizo del edificio, en su visita del año 2198.


Boceto del "salón alto" en el Palacio de los Regente de Edú, donde funcionó transitoriamente la drima de Legedan. Obsérvese el uso de la falsa bóveda, que el autor, Ernesto Furnessi, resalta en el epígrafe manuscrito











Diferencias y semejanzas

Las grandes masas continentales de Metón se produjeron en forma similar a las del planeta Tierra. La deriva continental formó las placas principales y su continuo movimiento definió tierras emergidas que posteriormente se fueron poblando de vida.
De igual modo, los vaivenes climáticos produjeron períodos glaciales alternativos que determinaron que el nivel del mar del planeta subiera o bajara según si el agua se encontrara contenida en los hielos continentales o libre en el océanos.
Así, los dos mundos desarrollaron sus biósferas respectivas con sus semejanzas y diferencias. La población humana no escapó a estas variantes y por consiguiente siguió patrones distintos en cada planeta.
Mientras que en la Tierra la aparición del hombre se dio en lugares no precisos, y simultáneos respecto de todas las tierras emergidas, además de suceder en tiempos prehistóricos; en Metón la impronta humana fue en un punto concentrado, pero sin posibilidades de migraciones hasta el período protohistórico.
La razón de la permanencia en los territorios de origen se dio debido a razones fundamentalmente geográficas: las masas continentales estuvieron aisladas durante largos períodos, las bajas del mar durante las glaciaciones no lograron unir los continentes y los grupos humanos primitivos no tenían medios para atravesar los brazos de mar entre las tierras emergidas.
Por otra parte, las óptimas condiciones de vida de la Llanura Central de Zelidar, hizo que los grupos humanos primitivos no necesitaran trasponer los límites de la región, ni siquiera por curiosidad. Sólo hacia el año 4000 antes del Cruce, después de la última glaciación y las anormales crecidas del Río Moderán, se trastocaron las condiciones climáticas y por consiguiente, las de la vida de sus pobladores.
De ese paraíso de lluvias mansas y tierras prósperas, donde crecían sin prisa, asomándose a la historia escrita, un cataclismo los despojó de todo, obligándolos a empezar desde el principio y sobre todo a cambiar el esquema sedentario y buscar nuevas tierras para ocupar.
Las cuatro corrientes migratorias que iniciaron la diáspora, respondieron al más notable de todos los emprendimientos que la humanidad haya desarrollado, contra la naturaleza y en cualquier lugar del universo, para afrontar el territorio desconocido, construyendo ciudades; una tras otra, avanzando sobre las tierras vacías.
Si hubo otros grupos homínidos en el gran continente de origen, no quedaron rastros de su presencia cultural. Las únicas tribus progresistas fueron las del Río Moderán y sus llanuras fértiles.

Una Tierra “otra”



Una antología de sitios y lugares extraños no puede escribirse sino con el paciente esfuerzo de la recopilación y de la espera de nuevas tierras por descubrirse.
Pero esa labor puede ser tema para otra historia, en tanto que mi comentario debe circunscribirse a Metón y su existencia enigmática en algún lugar del universo.
...

Metón es una tierra “otra” porque cualquiera que estuviera allí se sentiría en la Tierra pero fuera de ella. Este meta planeta, más allá del universo conocido, detectado por sus señales radiales, llega a nuestro conocimiento antes que nosotros a él .
...

Su raza inteligente se hizo conocer al igual que hemos intentado nosotros hacerlo, pero cuando llegamos a buscarlos, el planeta está abandonado, su población ha emigrado a otro mundo y lo ha dejado vacío de respuestas y cargado de incógnitas. Aún el destino final de esa raza es desconocido.
Así, llegamos a colonizar un mundo sin saber que motivó a sus habitantes abandonarlo.
Los únicos parientes en todo un vacío espacio se han ido para siempre sin esperarnos.